Este tratamiento elimina las impurezas y toxinas estancadas, regenerando el sistema linfático y los tejidos del cutis, en particular los que padecen de exceso de sebo o acné.
Una auténtica liberación para las pieles más atascadas y problemáticas.
El tratamiento purificante intensivo se vale de la acción sinérgica purificante, antiséptica, descongestionante, calmante y cicatrizante; esto lo hace único y altamente efectivo a la hora de tratar y conseguir que los granitos e imperfecciones se desinflamen.
Gracias a los dermocosméticos usados, las diferentes tecnologías personalizadas que incluye y su aplicación con técnicas manuales, lograremos una penetración y absorción óptima de los principios activos especialmente formulados para equilibrar los niveles de hidratación y grasa de la piel.
El protocolo es toda una experiencia de relajación, rejuvenecimiento y reequilibrio de la piel con resultados sorprendentes.
Está especialmente indicado para pieles con acné, comedones, microquistes y con apariencia congestionada, apagada y engrosada.
Si tu cutis presenta acné y exceso de grasa, este suave tratamiento es idóneo para regular y regenerar la piel, evitando así brillos antiestéticos.
Para depurar y drenar todas las toxinas y desechos linfáticos que se pueden encontrar acumulados en el organismo, se recomienda una media de 6 a 12 sesiones.
Con este tratamiento se drena la proteína de los edemas y otras irregularidades, consiguiendo que remitan o desaparezcan por completo.
Además, mejora el funcionamiento del sistema linfático y depura el organismo, y consigue así una piel profundamente hidratada, matificada, con el poro más cerrado y sin brillos. Gracias a los principios activos que combaten la bacteria que causa el acné, exfolian suavemente la piel, y los granos y puntos negros disminuyen notoriamente.