Algunas personas tienen la mala suerte de padecer de piel sensible, caracterizada por la facilidad para el enrojecimiento, la sequedad, la descamación y el picor. Su causa principal viene de los cambios en la barrera protectora de la piel, que lleva a una mayor exposición a bacterias y a una pérdida de hidratación. La falta de agua genera un desequilibrio en el rostro que causa mayor reactividad, rojeces y una sensación constante de sequedad.
Cuando envejecemos, se producen cambios en el pH de la piel que potencian la falta de hidratación y la sensibilización del rostro. También, los desequilibrios hormonales juegan un factor importante, por lo que la piel puede experimentar picos durante etapas como la pubertad, la menopausia, el embarazo y el periodo.
Las pieles sensibles son más susceptibles a los cambios de clima y temperaturas. Es por ello que se puede experimentar mayor enrojecimiento debido al calor o al frío. Lo más importante, además de la cosmética y tratamientos correctos para este tipo de afecciones, es mantener altos los niveles de hidratación.
Nuestros tratamientos específicos para pieles sensibles se basan en utilizar la cosmética adecuada para proveer al rostro de los activos y nutrientes que necesita para regenerar su barrera protectora y potenciar la revitalización. Bajo este principio, contamos con las mejores fórmulas para obtener resultados excepcionales frente problemáticas como:
La selección de cosmetología para los tratamientos está basada en productos ideales para activar la microcirculación, aliviando las rojeces, además de descongestionar y fortalecer la piel, gracias a activos como la manzanilla y otros extractos naturales desensibilizantes.
El tratamiento que llevamos a cabo comienza con un diagnóstico facial interno, donde observamos la calidad real de la piel y su estructura interna. Tras él, desmaquillamos el rostro, para comenzar hidratando la piel, luego aplicamos diversos concentrados, peelings o gels, dependiendo del estado de la piel de cada cliente.
Cada protocolo es personalizado en base a las necesidades de cada rostro, sobre todo cuando se trata de la piel sensible y reactiva. Debido a esto, evitamos que la problemática empeore, al realizar un tratamiento no invasivo, calmante y purificante.
Tratar la piel sensible y reactiva, además de mejorar múltiples factores estéticos, proporciona el nivel de comodidad y calma que se había perdido en el rostro.
Gracias a la activación del proceso regenerativo de la piel, lucirás un rostro más homogeneo, sin imperfecciones y rojeces causadas por la piel sensible. El efecto desinflamatorio, descongestionante y desensibilizante de nuestros tratamientos logra una reducción significativa tanto en los picores característicos, como en la sensibilidad tópica, consiguiendo resultados inmediatos, duraderos y visibles.
Tratar la piel sensible ayuda a revitalizar y fortalecer las pieles reactivas y sensibles. La piel aprenderá a autorregularse, disminuyendo a largo plazo las rojeces, molestias causadas y mejorando la calidad interna de la piel. La reparación de las cualidades de la piel que potencian la sensibilidad es la clave para calmar y proteger el rostro, enfocándonos en darle las sustancias necesarias para restaurarse.
La combinación perfecta para conseguir los mayores beneficios incluye un diagnóstico personalizado, un tratamiento hidratante con la mejor cosmetología de vanguardia para piel sensible y un protocolo en cabina especializado, alcanzando la completa revitalización del rostro.