No todos los casos de celulitis se deben a una mala alimentación o una falta de ejercicio, de hecho, suele estar reforzada por un factor hormonal o genético.
Las principales causas de la celulitis residen en los cambios hormonales, ya sea en períodos claves como la pubertad o el embarazo, o en la toma de medicamentos que influyen en nuestra producción hormonal. Esto conlleva a que las células adiposas no puedan realizar su función de drenaje correctamente, inflamándose y aumentando de tamaño. Una vez esto ocurre, se empiezan a notar de manera visible en las zonas afectadas, dependiendo del grado en el que se encuentre. En algunos casos solo se ve cuando la piel está comprimida o cuando nos ponemos de pie, mientras que las afecciones más profundas ya son visibles siempre.
Otros factores que fomentan su aparición son la alimentación con mucho sodio, ya que genera una mayor retención de líquidos en el organismo, y el estilo de vida sedentario. La falta de movimiento y ejercicio refuerza la aparición de celulitis, pero siempre recae en factores internos. Es por ello por lo que, en muchos casos, mujeres con un peso saludable y una vida activa igualmente tienen celulitis en ciertas zonas del cuerpo.
Para entender mejor qué es la celulitis debemos conocer sus tipos para saber las necesidades distintas a la hora de tratarlos. Te sorprenderá conocer al detalle cómo es y cómo actúa cada uno de ellos en nuestro cuerpo.
Este tipo de celulitis es dura, un poco violácea, fría al tacto y tiene una textura que rueda fácilmente bajo los dedos. El tejido está endurecido y no cambia de aspecto al caminar. La celulitis se evidencia al pellizcar la piel, lo que puede producir dolor. Se asocia a causas genéticas y hormonales.
Es la típica de las personas sedentarias o aquellas que alguna vez fueron activas y ya no lo son. También se presenta en personas que han sido sometidas a distintos tratamientos, en donde han subido y bajado de peso bruscamente. Es la consecuencia de un exceso de grasas alimentarias, así como una falta de actividad y flacidez en la piel y músculos. Es más frecuente en mujeres a partir de los 30 o 40 años.
Este tipo de celulitis no suele ser considerada puesto que la definición teórica-estética, no compete a la grasa sino al colágeno. Es el tipo de “celulitis” más extendido, puesto que afecta a casi el 90%, de mujeres, independientemente de su morfología. Tiene un gran parecido con la ‘piel de naranja grasa’, pero sus causas son muy diferentes. Su origen se debe a la unión indebida de glucosa con proteínas como las fibras del colágeno, que pierden fuerza y elasticidad volviéndose duras y rígidas provocando su deterioro. Como resultado, pierden fuerza, se desorganizan y pueden llegar a romperse. De este modo se “caramelizan” y atrapan los nódulos de grasa.
Como vemos, al tratarse de un trastorno del tejido subcutáneo hay factores que podemos modificar para mejorar la apariencia de la celulitis, pero muchos otros escapan a nuestro control ya que intervienen factores genéticos y hormonales. Por ello, en ocasiones, es necesario acudir a tratamientos estéticos profesionales que nos aporten beneficios que de otra manera no conseguiríamos. Para ello desde nuestra clínica:
Hacemos es una prueba de hábitos y elaboramos la historia médica y estética del cliente.
Seguidamente, hacemos un diagnóstico externo visual y táctil para apreciar el estado del individuo.
Por último, procedemos al Diagnóstico Inner Wellness que se compone de un Scanner de la piel, la Bioimpedancia Segmentaly la Topografía Corneal.
Los tratamientos antíceluliticos nos ayudan a drenar los tejidos adiposos que se acumulan bajo la piel, consiguiendo eliminar el aspecto ahuecado o rugoso que aparece en las piernas, caderas, glúteos, entre otras zonas. Al regenerar y drenar los tejidos, se reduce la celulitis tanto edematosa, como adiposa y fibrosa.
Entre otros beneficios también se encuentra la activación del sistema linfático, la mejora de la circulación y una mayor firmeza corporal. Esto se debe a que, durante el tratamiento, potenciamos los efectos de la regeneración de colágeno y elastina, que nos ayudan a recuperar la calidad interna de la piel y disminuye la flacidez. Reafirmar los tejidos nos ayuda a prevenir la aparición de nuevos cúmulos de grasa y define aún más la silueta.
Conseguimos redefinir la silueta, eliminando la piel de naranja y celulitis, permitiendo una mayor tonificación y oxigenación de los músculos, reduciendo centímetros gracias a el drenaje de los cúmulos de grasa y activando la circulación y la producción de colágeno. Todo esto nos permite conseguir una figura remodelada, una piel más tersa, suave y firme, y una mejora en el funcionamiento del organismo, gracias a la eliminación de toxinas.