No solo la edad deja huellas en el rostro. Las agresiones externas son numerosas y el estilo de vida y otros factores pueden pasar factura a la piel.
El primer paso para sentir una piel radiante es una higiene que la mantenga sana y equilibrada.
Hemos dejado atrás la clásica limpieza de cutis para dar paso a un tipo de higiene más avanzada, basada en el respeto a la piel para que recupere o mantenga su equilibrio.
Sea joven o madura, la piel necesita periódicamente un tratamiento facial específico para desintoxicarse en profundidad y recuperar la luminosidad.
Nuestro plan limpieza de piel profunda con los protocolos personalizados (higiene equilibrante piel joven, higiene equilibrante piel madura e higiene de espalda) están creados para cada persona y las características de su dermis.
Estudiamos tu piel con el fin de saber qué combinación de tecnologías vamos a aplicar y cuáles son los productos que van a garantizar el aporte de principios activos necesarios para recuperarla uniforme, sana y luminosa, sin agresiones externas.
Durante el protocolo buscamos eliminar cualquier signo de estrés o cansancio. Es un proceso de higiene avanzado con el que se devuelve el equilibrio natural y la frescura.
El tratamiento que mereces para la piel que te pertenece.
Si tienes la piel del rostro o de la espalda que ha perdido el equilibrio y presenta impurezas leves, falta de uniformidad y luz, este tratamiento es para ti.
Dependiendo del estado de la piel, se recomienda una sesión cada 21 días; como protocolo de mantenimiento, lo recomendable es hacer una limpieza en cada cambio de estación.
Piel libre de impurezas, más uniforme, revitalizada y con luminosidad, nutrida en profundidad, totalmente hidratada; esta higiene facial profunda aumenta su protección frente a agentes externos.
Combinamos las sesiones que cada caso necesite con un seguimiento de cuidados específicos en casa para eliminar del todo estas imperfecciones.