A lo largo de los años he escuchado la misma inquietud de muchos habituales de nuestra clínica antiaging: ¿cómo he de usar bien la vitamina C para mantener una piel joven y saludable? No es casualidad que esta vitamina se haya convertido en uno de los ingredientes más valorados en cosmética por su potencia antioxidante y sus efectos rejuvenecedores. Sin embargo, usar bien esta vitamina va más allá de aplicarla en la piel; es crucial saber cómo elegir el producto adecuado, el momento del día y las combinaciones correctas para maximizar sus beneficios. En esta entrada te explico los cinco puntos básicos para sacarle el máximo beneficio a este micronutriente, tanto en su aplicación tópica como en su ingesta.
¿Por qué la vitamina C es un potente antiaging y cómo lo hace?
La vitamina C, también conocida como ácido ascórbico, es un potente antioxidante que neutraliza los radicales libres que aceleran el envejecimiento de la piel. Estos radicales libres se generan por factores como la exposición solar, la contaminación y el estrés, y al acumularse dañan la estructura celular, causando pérdida de elasticidad, firmeza y la aparición de manchas y arrugas.
Además de proteger la piel del daño ambiental, la vitamina C estimula la producción de colágeno, una proteína esencial para mantener la firmeza y elasticidad cutánea. Con el tiempo, la producción natural de colágeno disminuye, por lo que aportar vitamina C ayuda a retardar la formación de líneas de expresión y a mejorar la apariencia de las arrugas existentes. Así, el uso adecuado de vitamina C se convierte en un verdadero aliado en nuestra rutina antienvejecimiento, devolviéndole a la piel una apariencia más joven, luminosa y uniforme.
Las 5 claves para usar bien la vitamina C
Ahora que conocemos sus beneficios, veamos los cinco puntos clave para aprovechar al máximo la vitamina C en nuestra rutina de cuidado facial.
1. Elegir la concentración que tu piel necesita
Para obtener los beneficios de la vitamina C, es importante usar una concentración adecuada. Los productos de uso tópico suelen oscilar entre un 5% y un 20%. Pero para pieles sensibles es recomendable comenzar con concentraciones más bajas (5%-10%) y aumentar gradualmente si no hay reacciones adversas. Las pieles acostumbradas a la vitamina C pueden beneficiarse de concentraciones mayores, pero siempre bajo supervisión para evitar irritaciones.
2. Por la mañana y con constancia
Aunque la vitamina C se puede usar tanto de día como de noche, aplicarla por la mañana es ideal para maximizar su capacidad antioxidante y proteger la piel de los radicales libres que se generan con la exposición al sol y la contaminación. Además, su uso durante el día potencia la acción del protector solar, formando una barrera extra de protección contra los daños UV.
Esto puede parecer obvio, pero necesitas ser constante y usar el producto adecuado durante semanas… y diría que meses. Cuidar tu piel tres días sí y dos no… no te va a servir de nada.
3. No olvides el protector solar
La vitamina C y el protector solar forman una combinación poderosa para combatir el envejecimiento. Al usar vitamina C durante el día es imprescindible aplicar un protector solar de amplio espectro después. Esto ayuda a prevenir las manchas y protege la piel de los daños provocados por la radiación solar, optimizando el efecto antienvejecimiento de la vitamina. Y sí: los días nublados también lo necesitas: estás aplicando un ácido en tu rostro.
4. El ácido hialurónico, un gran aliado de la vitamina C
La vitamina C y el ácido hialurónico se complementan perfectamente en una rutina de cuidado facial. Mientras la vitamina C trabaja en la reparación y protección de la piel, el ácido hialurónico hidrata en profundidad, atrayendo y reteniendo la humedad en las capas de la piel. Juntos, estos dos ingredientes ayudan a mantener la piel luminosa, tersa e hidratada. La niacinamida y el ácido ferúlico también trabajan muy bien junto a esta vitamina.
5. Ojo: no uses estos otros productos
La vitamina C es un ingrediente activo potente que no debe combinarse con ciertos ingredientes para evitar reacciones adversas. Evita combinarla directamente con ácidos exfoliantes fuertes, como el ácido glicólico o el retinol, ya que puede aumentar la irritación en pieles sensibles. Para estos ingredientes, lo mejor es usarlos en días alternos o en diferentes momentos del día (por ejemplo, vitamina C por la mañana y retinol por la noche). Pero repito: lo mejor es que tengas a tu lado a una persona experta en cosmetología que te dé las pautas precisas para tu tipo de piel.
¿Cómo saber qué tipo de producto con vitamina C va mejor para mi piel?
Cada piel tiene necesidades específicas, y encontrar el producto adecuado con vitamina C es fundamental para asegurar los mejores resultados. En el centro de estética avanzada de Gema Cabañero, trabajamos el sistema exclusivo de diagnóstico Inner Wellness, que nos permite entender las necesidades de cada piel y recomendar productos que realmente marcarán una diferencia.
Después de más de 35 años de experiencia hemos perfeccionado nuestra asesoría cosmética para que cada persona pueda potenciar los resultados de los tratamientos de cabina desde casa: de este modo, vamos a contribuir a prolongar los efectos rejuvenecedores de nuestros protocolos, cuyo resultado impresiona al terminar la sesión, pero que hemos de mantener.
180 the concept: usar bien la vitamina C desde el interior
El cuidado de la piel no termina en el exterior, y es por eso que nos apoyamos en la nutricosmética avanzada de 180 the concept para potenciar los efectos de la vitamina C desde dentro. Fórmulas como e2 (el gran antioxidante) o rv1 (antiaging que ayuda a formar colágeno) son ricas en vitamina C; y también existe e4 (precursora del colágeno y reparadora de arrugas y marcas), que contiene PureWay-C®, una forma patentada y estudiada de vitamina C que incluye metabolitos de lípidos y bioflavonoides cítricos, lo que permite una mejor distribución, absorción y liberación del ácido ascórbico en el cuerpo.
Tanto e2 como e4 están presentes, actuando en sinergia, en el magnífico Plan Antioxidante, pensado precisamente para tener una piel tonificada y luminosa, entre muchos otros beneficios estéticos.
A modo de resumen, os diré que sí, que la vitamina C es un recurso poderoso en la lucha contra el envejecimiento, pero para ver los mejores resultados es esencial saber cómo, cuándo y en qué dosis usarla correctamente. Si cuentas con una buena asesoría cosmetológica reforzada con un tratamiento en cabina y combinada con la mejor nutricosmética, los resultados obtenidos son increíbles.